Aunque el tiempo no perdona, la
lumbre de tu vela se apaga, la tenue oscuridad de tu rostro se disipa y la
noche llega con sus intimidades y desvelos.
Te digo convencido, tenemos un
norte, sabemos adónde vamos, no debemos esperar, lía tus bártulos y sígueme,
ambos abriremos trochas profundas.
Aunque todo parezca o sea confuso, un
caos, al final venceremos, porque estamos hechos de acero y no traicionamos nuestro
sueño.
Seguro, hay un mañana diferente,
con otro sol y otra luna, con otro color del tiempo, con otra historia de amor,
una buena oportunidad.
Quizás, mañana todo podrá cambiar,
como cambia el tiempo, como cambian las nubes al amanecer y la intensidad de
los rayos del sol.
Todo es cambio y evolución, cambian
las hojas del bosque en el otoño, cambia tu mirada frente al espejo, que
devuelve nuestra imagen gastada por los años…
No hay comentarios:
Publicar un comentario