Tu ausencia se ha prolongado tanto,
que mi llanto no logra cubrir el tiempo perdido, han pasados tantos años, no
tengo recuerdos de ti, el tiempo se encargó de borrar tus huellas, se llevó tu
perfume y tus recuerdos.
Sin embargo, pese a ello a no tener ninguna ligazón, extraño tu
presencia, hacen siete décadas que no sé de ti, sé que partiste a un lugar
lejano por razones que solo conocías tú.
De niño te busqué en cada rincón de
la casa paterna, te llamé en mis noches de insomnio y dolor lacerante, en mis
días de juego acariciaba tu figura, como un fantasma me acompañabas en mis juegos.
Cada navidad soñaba que llegabas
cargada de juguetes, cada cumpleaños apagaba las velas vacías, sentía la
necesidad de cobijarme en tus brazos, en sentir el palpitar de tu corazón o que
me dieras un abrazo.
Hubo manos amorosas que acariciaron
tiernamente mi niñez, oraciones y besos de buenas noches, escuchaba relatos de
muchos cuentos que me transportaban a tus brazos, donde dormía plácidamente.
No respondías a mis llamados, nadie
respondió mi pregunta cuando indagaba por ti, habías partido en un viaje tan
largo, estabas en el espacio infinito junto a las estrellas, cerca de la luna y
reflejando la luz del sol.
Cuándo tendré la dicha de
conocerte, de darte un beso prolongado en la mejilla, será en otra dimensión
quizá, nos encontraremos en espíritu y volveré a ser niño en tus brazos.
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