Siento celos del viento que besa tus
labios, cuando caminas por la calle solitaria
y eleva tus cabellos en vaivén.
Siento celos del sol que lame tu cuerpo,
cuando corres por la playa solitaria de arenas blancas y atraes mil miradas del
infinito.
Siento celos de la lluvia que discurre
por ti y te humedece de los cabellos a los pies dejando tus huellas en el
lodazal.
Siento celos de la luna llena en tus
noches, de quien te acompaña dulcemente en tu alcoba y duerme plácidamente en
tus sabanas.
Siento celos de la noche oscura y
silenciosa que ingresa escondida por tu ventana, te aprisiona, me roba tu
tiempo y te sustrae de mi presencia.
Siento celos de tus sueños que, te alejan
llevándote a los brazos de quien se cree el
dueño de tu corazón, se interpone y retiene mi mirada.
Siento celos cuando me acerco
silenciosamente, cada día para mirarme en el espejo de tus ojos, pero tú
desvías la mirada hacia otro destino.
Finalmente siento celos y no puedo
penetrar tus pensamientos, así celoso cuánto diera por ser el elegido de tu
corazón.
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