SENSACIONES

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Nuestras sensaciones más íntimas...

jueves, 6 de enero de 2011

INTRIGA, ALCOHOL Y SEXO EN “CONVERSACION EN LA CATEDRAL” DE MARIO VARGAS LLOSA.(BREVE ENSAYO)

INTRODUCCION

Introducción

El presente trabajo explora las debilidades humanas, que se traducen en alcohol y sexo, así como la manera como se van entrelazando y se convierten en el ápice de la práctica de la corrupción y la intriga, utilizando estos dos vehículos propios de la parte oscura del ser humano. En la mayoría de las oportunidades la intriga se ha constituido en una practica cotidiana de los gobernantes de turno, para acumular más poder en beneficio propio y de sus seguidores, cuando no, de sus familiares directos que como dice el dicho” a río revuelto ganancia de pescadores”. Este tema de gran relevancia tiene mucho que ver con nuestra historia Republicana, porque está revestida de hechos de toda índole, sobre todo los de carácter político que han marcado la vida de nuestra nación. Recordemos que, en 1948 irrumpe en el escenario nacional, el general Manual A. Odria, derrocando al presidente Constitucional José Luis Bustamante y Rivero.

El general Odria, durante dos años presidió la Junta Militar de Gobierno, posteriormente convocó al pueblo a las urnas. En unas elecciones amañadas, en el que dejó fuera de la lid política a sus opositores. Encarcelando a uno sus mas leales colaboradores el general Montagne, quien no pudo presentar su candidatura. La represión de entonces se agudizó con la persecución a los apristas y comunistas a cuyos líderes expulsó del país; posteriormente ganó las elecciones y fue elegido como Presidente Constitucional de la República gobernando el país de 1950 a 1956.

Así era el panorama general que se vivió en la década de los años cincuenta, el mismo que constituye el escenario político en que se desarrolla la presente novela. Se trata de una novela de historia política, donde se analizan, a lo largo de una serie de hechos conexos la vida privada de varios personajes que se relacionan entre si desde el pasado, dentro de ellos se puede encontrar desde periodistas, prostitutas, matones hasta políticos y militares.

Odria al igual que Fujimori, también tuvo su Montesinos: Alejandro Esparza Zañartu, un siniestro personaje quien se desempeñó como Director de Gobierno y posteriormente como Ministro de Gobierno (hoy denominado Ministro del Interior). Su actuación se rodeó de misterio y sus excesos contribuyeron al desprestigio del régimen, que acabó siendo muy impopular.

La indignación aumentó cuando en Arequipa hubo un levantamiento popular debido a una salvaje represión militar contra una huelga estudiantil, donde murieron tres jóvenes que portaban una bandera blanca. Odría tuvo que prescindir de Esparza Zañartu y derogar la ley de seguridad interior.

La historia de las dictaduras, y de aquellos gobiernos disfrazados con el manto de democráticos, así como los propiamente reconocidos como producto de elecciones libres en nuestro país, siempre han estado revestidas de un halo de intriga y corrupción, una permanente lucha por el poder, situación en la que vale todo y en el que el control de los medios de comunicación, del poder judicial y de los líderes políticos opositores, es de vital importancia para su supervivencia.

Para lograr este cometido es necesario el empleo de los servicios de seguridad del estado, que dependían del Ministerio de Gobierno y Policía de la época, en el que pusieron a un hombre de características especiales, desafecto, frío, calculador, intrigante; habido de poder y dinero que le había sido esquivo durante toda su vida.

ANÁLISIS O DESARROLLO DEL TEMA

Ambrosio Céspedes, era un negro chinchano de escasa preparación, con un nivel bajo de autoestima y carente de valores morales, de escaso nivel social, un tácito representante de la clase social marginada y excluida del país, pero indudablemente con un gran sentido de ubicuidad o quizás con mucha suerte; por ello, llegar a comprender cómo un personaje de ésta calidad, estuvo presente en hechos que marcarían en el futuro su destino y no estar exenta de cierto calculo, su vida se enredaría en esa incertidumbre llamada futuro con la de los otros personajes. Ambrosio era hijo de Tomaza y de Trifulcio un negro fortachón, delincuente que había caído varias veces preso en Ica y que abandonó a su mujer y sus hijos Perpetuo ya muerto y Ambrosio desde pequeños.

Ambrosio creció en Chincha, desde niño fue muy amigo de Cayo Bermúdez, hijo del Buitre Bermúdez y de Doña Catalina una beata, el Buitre era un prestamista usurero y agiotista que había hecho dinero, con la persecución aprista, luego llegó a ser alcalde, durante el gobierno de Benavides, sin embargo cargaba la agonía sobre sus hombres el haber sido expulsado por ladrón de la hacienda de los De la Flor. Ambrosio durante sus primeros años de estudiante compartió amistad con el Serrano Espina y Cayo Bermúdez, cuando jóvenes los tres en una oportunidad raptaron a Rosa, hija de Túmula la lechera, una muchacha de escasos recursos estéticos, que se dedicaba a vender leche en porongos y de la cual Cayo estaba embobadamente enamorado.

(…) Así que Ambrosio corrió, la alcanzó y la echó al hombro y la trajo y la sentó en la camioneta. Ahí había pescado las mañas de la Rosa, don, ahí visto que se las traía. Ni un grito, ni un ay, solo carreritas, rasguñitos y puñetitos. Lo más fácil era ponerse a chillar, hubiera salido la gente (…) (Vargas Llosa, 53)

Esta chica no era bien vista por los habitantes del lugar mucho menos por la familia de Cayo, pero el amor y el deseo nublan la visión, el entendimiento y agudizan la pasión y el deseo carnal. En un rapto de locura luego de permanecer con ella una semana se casaron sin conocimiento ni consentimiento de los padres del novio, aunque la madre de la novia se frotaba las manos de felicidad por la tremenda suerte que le tocaba a su hija; el padre lo desheredó y Cayo tuvo que ganarse la vida realizando mil tareas, para mantener su hogar, la ultima actividad a la que se dedicaba con esmero era la venta de tractores a los hacendados de la zona.

Cayo Bermúdez, llevaba una vida aburrida al lado de una mujer que no amaba, que no le había dado los hijos anhelados y a la que, hacia responsable de la situación en que se encontraba desde que tuvo la infeliz idea de secuestrarla; mientras por su lado el negro Ambrosio seguía la rutina de su vida de necesidades y frustraciones, su última actividad la cumplía como chofer de un ómnibus interprovincial; por otro lado el serrano Espina ostentaba el grado de Coronel del Ejército y fue nombrado por el presidente Odria como Ministro de Gobierno y Policía. Al entrevistarse ambos personajes, se da el siguiente dialogo:

-(…) Te fregaste por ese matrimonio absurdo- dijo con voz dulzona y paternal- Fue el gran error de tu vida, Cayo. Yo te lo previne, acuérdate.

-¿Me has mandado llamar para hablarme de mi matrimonio?- dijo sin ira, sin ímpetu, la mediocre vocecita de siempre-. Una palabra más y me voy.

- Sigues igual, no aguantas pulgas-se río Espina-¿Cómo está Rosa? Ya sé que no has tenido hijos (…) (Vargas Llosa, 57)

Como la conversación inicial derivaba en recuerdos no gratos para Cayo Bermúdez, y éste mostraba su molestia de Bermúdez, Espina le hace la propuesta, para ocupar el cargo de Director de Gobierno Interior.

-(…) Odria necesita gente de confianza-el coronel contaba las sílabas como si su seguridad y desenvoltura se vieran de pronto amenazadas-.

-Aquí todos están con nosotros y nadie está con nosotros.

-Como ustedes les van a dar gusto, no hay problemas- dijo Bermúdez-¿No?

-El Comercio llama a Odría el salvador de la patria solo por odio al Apra (…) (Vargas Llosa, 58)

Luego de esta propuesta Espina observa la reacción de Cayo Bermúdez, el coronel confiesa con mucha sinceridad que, de muchacho él consideraba a Cayo como su mejor amigo, a quien incluso admiraba, por tener todas las oportunidades de la vida, tener dinero y tener un padre que le hubiera apoyado en todo, si Cayo hubiera sabido caminar por el sendero del estudio, la responsabilidad y la consideración con sus padres; pero por el contrario solo consiguió una mujer y boca que alimentar, haciéndose la vida más difícil, claro está, si él no hubiera cometido el error de dejarse ganar por el deseo carnal.

-(…) Le he hablado al Presidente de ti- . Estábamos barajando nombres para la Dirección de Gobierno y el tuyo se me vino a la boca y la solté ¿Hice una estupidez?

-Un cargo oscuro, pero importante para la seguridad del régimen- añadió el coronel (…) (Vargas Llosa, 59)

Espina según su propio análisis, percibía que Odria necesitaba un hombre como él y Cayo Bermúdez cumplía los requisitos para el puesto, el empleo le permitía realizar los trabajos sucios para el gobierno. Era parte de su función y de su competencia designar a los prefectos, subprefectos y gobernadores en todo el País y de esta manera tender una red de soplones, para el control de la seguridad interior. Odria al igual que Fujimori, también tuvo su Montesinos: Alejandro Esparza Zañartu, un siniestro personaje quien se desempeñó como Director de Gobierno y posteriormente como Ministro de Gobierno y Policía (hoy denominado Ministro del Interior). Su actuación se rodeó de misterio y sus excesos contribuyeron al desprestigio del régimen, que acabó siendo muy impopular. La indignación aumentó cuando nuevamente en Arequipa hubo un levantamiento popular debido a una salvaje represión militar contra una huelga estudiantil, donde murieron tres jóvenes que portaban una bandera blanca. Odría tuvo que prescindir de Esparza Zañartu y derogar la ley de seguridad interior.

-(…) El Serrano creía que iban a renunciar en masa y quería empezar a nombrar prefectos y subprefectos a la loca-dijo Cayo Bermúdez-. Ya ve, doctorcillo, el coronel no conoce a los peruanos.

-Confirme en sus cargos a los que enviaron telegramas de adhesión, y también a los mudos, ya los iremos reemplazando a todos con calma-dijo Bermúdez-(...) (Vargas Llosa, 117)

Muchas veces la falta de conocimiento de la interioridad de cada persona, de la idiosincrasia, así como de sus propios intereses, no nos permite acertar en nuestro análisis y cometemos el error de querer tomar decisiones como designar autoridades en los cargos, sin un tamiz previo. La posición a la que accedía Bermúdez, contaba además con seguridad del estado que se encargaba de la observación, vigilancia y seguimiento de los enemigos del régimen, informaba diariamente al ministro y éste al presidente de las actividades de las organizaciones políticas, empresariales y trabajadores, de las huelgas, paros y manifestaciones que se planeaban realizar, proporcionaba información de primera mano. En ello radicaba el poder que tenía el cargo que Espina le ofrecía a su amigo Cayo Bermúdez.

Luego de ver las ventajas de la posición que ocuparía y de un buen sueldo que recibiría, éste aceptó y ambos hicieron una visita al presidente, ante quien fue presentado Cayo Bermúdez.

Para afianzar su poder, Cayo Bermúdez que desde joven tuvo que enfrentarse a la vida, solo y abandonado a su suerte por sus padres, desarrolló una gran coraza contra todo aquello que era cariño, amor, solidaridad y además acumuló en su interior una carga de resentimiento contra sus padres, familiares y amigos por lo mal que le había tratado la vida. Cayo demuestra su mentalidad intrigante cuando en ausencia del coronel Espina que había viajado al Norte del país, ordena ingresar a la guardia de asalto a San Marcos que se encontraba en paro apoyando la huelga de los ferroviarios.

-(…) ¿Tú diste la orden de tomar San Marcos?-dijo el coronel Espina ¿Tú? ¿Sin consultarme?

-Antes de hablar de San Marcos cuéntame qué tal ese viaje-dijo Bermúdez-¿Cómo van las cosas por el Norte?

-Van bien pero yo quiero saber si tú estas loco- dijo el coronel Espina--. Coronel han tomado la universidad, coronel la guardia de asalto en San Marcos. Y yo el ministro de Gobierno, en la luna ¿estás loco, Cayo?

- Ese forúnculo de San Marcos reventado en un par de horas y sin muertos-dijo Bermúdez-. Y en vez de darme las gracias me preguntas si estoy loco. No es justo, Serrano.

¿No sabías que el presidente quiere evitar líos? - Lo que no convenía al régimen era un foco subversivo en pleno centro de Lima-dijo Bermúdez-(…) (Vargas Llosa, 113)

De ésta conversación podemos inferir que, para acumular más poder en el cargo que desempeñaba y al que había sido llamado por su amigo Espina, sacó a relucir su mentalidad calculadora e inescrupulosa, una personalidad retorcida, desafecta para con los amigos y familiares, huérfano de ética y moral, un tipo ególatra e intrigante cuya una única finalidad era asegurarse del poder al que había accedido y que cada vez se ampliaba más y más, en su provecho y beneficio, creando un círculo de control alrededor del Presidente, del que no escapaba los amigos y compañeros de trabajo, de sus actividades de observación y vigilancia, prueba de ello es que aprovecha la ausencia del coronel Espina para recomendarle al Presidente Odria la intervención en San Marcos.

La respuesta es simple: un país habitado por "vivos", por pícaros, es decir, por gentes de solidaridad restringida y menguada, no podía ni podrá llegar a otro destino así transcurran mil años”. (…) Abugattas, Juan. La reinvención del Perú, Fragmento del discurso de orden pronunciado con ocasión del 450 Aniversario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, (Lima, 12 de mayo de 2001

Cayo Bermúdez, demuestra a partir de que accede al cargo de director de gobierno y posteriormente como Ministro de Gobierno de Odria, que es un personaje pícaro igual a muchos que pueblan nuestro país, por ello se convierte en un personaje siniestro de la política peruana durante el gobierno de Odria. La carrera meteórica que comenzó como Director de gobierno y terminó como Ministro de gobierno, lo lograría a costa de intrigas y chantajes.

“Si bien es cierto que en la cúspide de la pirámide social de la época tenemos al Presidente de la República, el general Odría. En el desarrollo de la novela es casi como un fantasma. Su sombra planea por todo el relato, pero nunca aparece en persona. Es a sus ministros y colaboradores a los que vemos actuar y tomar decisiones. En especial al ministro de Gobernación, Cayo Bermúdez, que se erige como el verdadero perro de presa, como la mano ejecutora del régimen. Es el que ordena y organiza los chanchullos, los chantajes, los sobornos, la represión, etc” (Zovirax, Así se jodió el Perú Opinión de sobre Conversación en la catedral del 22 de Marzo de 2001)

Cayo Bermúdez debido de su personalidad y temperamento se convierte en una persona indispensable para el gobierno de Odria, a quien le interesaba los resultados, Cayo individuo oscuro y siniestro manejaba los hilos del poder de manera subrepticia, para ello espiaba, buceaba en los desagües de la política.

Cayo manipulaba, intrigaba, pagaba a prostitutas, fichos, empleaba a la policía así como los medios tecnológicos de la época para espiar a los enemigos del régimen, principalmente líderes políticos, sindicales y a todos aquellos a quienes el régimen de Odria consideraban peligrosos para la estabilidad de su gobierno, de esta manera, Cayo Bermúdez, manejaba información privilegiada para informar al presidente enterarlo de todos los problemas que podían afectar al gobierno, utilizaba todo lo que tenia a su alcance para contrarrestar manifestaciones, paros y huelgas, perseguía a los enemigos del régimen a Apristas y comunistas y los desterraba, utilizaba el chantaje para lograr su cometido.

-(…) ¿Has leído La Tribuna clandestina?-dijo el coronel Espina-. Pestes contra el Ejército, contra mí. Hay que impedir que siga circulando esa hoja mugrienta.

-Esas hojitas subversivas van a desaparecer de inmediato –dijo Bermúdez-¿Entendido, Lozano? (…) (Vargas Llosa, 116)

Cayo Bermúdez es el encargado de proteger al régimen, tiene que acabar con todos los grupos que puedan causar algún peligro (comunistas, apristas...), y lo consigue con sus métodos sin escrúpulos. También es el encargado de mantener le censura en la prensa, de castigar a aquel o a aquellos que muestren oposición, como es el caso del diario La Tribuna que circulaba de manera clandestina porque el gobierno lo había cerrado. Desde su puesto se encarga también de asegurar el éxito del presidente. Para esto compra a gente para que le apoye en las manifestaciones, o les obliga con amenazas, o elimina a los opositores políticos. Se entera de todo, y al más mínimo indicio de levantamiento, allá va él con sus matones para acabarlo. En cuanto a su vida personal, cuando sale de Chincha abandona a su mujer, Rosa, y nunca más volverá con ella.

Estando en Lima, una noche en una actuación en un club nocturno, se fija en una de las artistas, La Musa, Hortensia, tan bella tan guapa, pero un problema: le gustaban las mujeres. Utilizaba a las prostitutas como es el caso de La Musa, Hortensia vedette, bailarina del night club Embassy, Cayo se las arregló para conseguirla dándole todo con lo que ella podría soñar, una casa, vestidos, joyas...era una mujer blanca, hermosa de buen cuerpo y cabellos negros, se convierte en amante de Cayo Bermúdez, quien le pone una casa en San Miguel y la saca de ese lupanar, la utiliza para sus siniestros fines pues es en esta casa se reunían los amigos de Cayo, Fermín Zavala, un senador y un serie de personajes encumbrados de la época, éste lugar era el centro de las orgías, donde se mezclaba el alcohol, mujeres y drogas.

Esta bailarina tenía muchas amigas del ambiente, que eran asiduas asistentes a las reuniones las principales eran Queta, Nancy, también participaba la rubia Ivonne la francesa, ésta última dueña de un bulín, quien era acompañada por Robertito un joven con rasgos y actitudes amaneradas, como siempre”prostitutas y homosexuales” conviven en un mundo sórdido, Robertito fungía de acompañante de esta última. Tenía por empleadas en su casa a Símula una negra de edad, su hija Carlota y Amalia, todas ellas incondicional de Hortensia y del amo Cayo Bermúdez quien era el financista. Hortensia y Queta tenían una extraña relación lésbica y no les importaba entregarse a las caricias en presencia de sus empleadas o del mismo Cayo Bermúdez, quien observaba como ambas mujeres, se entregaban al amor como dos lobas en celo, mientras en la penumbra de su solitario asiento éste masticaba una sonrisa cachacienta

Precisamente en la casa de Magdalena, centro de operaciones de espionaje y orgías de Cayo Bermúdez, descubre entre trago y trago las debilidades de cada uno de los personajes que acudían a esta casa, como en Fermín Zavala, padre de Santiago Zavala y dueño de una compañía constructora que estaba encargada de construir colegios y carreteras, de un laboratorio de medicamentos, que tenía abastecía de productos los casinos militares, trabaja en el ministerio de gobierno y policía. Conoció a Cayo Bermúdez el día que llego de Chincha llamado por el Coronel Espina, posteriormente lo invito a conocer la vida nocturna de Lima y lo llevo al Embassy, en este lugar Cayo Bermúdez quedo prendado de la belleza de la Musa, de quien se enamoro. Fermín Zavala estuvo comprometido con otros personajes de la política y militares en una conspiración contra Odría, la que aborto antes de iniciarse, todos los negocios que tenia con el gobierno les fueron cortados por influencia de Cayo Bermúdez, la idea era destruirlo económicamente.

Pero además Fermín Zavala tenia inclinaciones homosexuales que muy bien observadas por el pillo de Cayo Bermúdez en las orgías en la casa de Magdalena, este conocimiento es aprovechado por éste personaje para organizar una reunión y ponérselo en bandeja al negro Ambrosio que era chofer de Cayo, pronto Ambrosio se convierte en Amante de Fermín Zavala apodado “Bola de oro”, su nido de amor es el departamento que Fermín tiene en Ancón, Cayo Bermúdez conociendo este secreto, en el futuro empleara en su provecho, cede a Ambrosio como chofer de Fermín Zavala, de esta manera controlaba las disidencias o complots que pudieran presentarse entre las personas que trabajaban para o con el gobierno. Es así como Ambrosio llega a la casa de Fermín Zavala padre de Santiago cuando éste es estudiante colegial y posteriormente Universitario; además el negro Ambrosio inicia amoríos con Amalia que trabajaba como empleada en casa de los Zavala.

A la muerte de la Musa asesinada por Ambrosio, éste es despedido de su trabajo de chofer por Fermín Zavala con una fuerte gratificación para que guardar silencio y viajara a otro lugar muy lejos de Lima.

Por recomendación de Ludovico, otro personaje del círculo de Bermúdez, quien conformaba también el cuerpo de seguridad de éste, Ambrosio viaja a Tingo María y se lleva con engaños a Amalia la antigua empleada en la casa de los Zavala, quien se había convertido en su mujer y a su hija recién nacida. En Pucallpa invierte el dinero de sus ahorros y lo que Fermín le regala por su silencio, para hacer negocios con el dueño de una empresa de transportes, es estafado por éste, pierde todo su dinero y se ve obligado a robarle una camioneta y venderla a un reducidor, con el dinero recabado regresa a Lima y deja abandonada a su hijita, encontrándose en la capital busca trabajo y por el temor de encontrarse requisitoriado, debe desempeñar labores que oculten su identidad, por lo que le ofrecen una oportunidad de ayudante en la perrera municipal, es en estas circunstancias que nuevamente se encuentra con Santiago Zavala, éste como periodista del diario la crónica había iniciado una campaña agresiva contra la rabia, coincidencias de la vida, se vuelven a encontrar ambos personajes después de varios años.

El día que se levanto Arequipa contra el gobierno de Odría, Cayo Bermúdez fue defenestrado del poder y huyo a Brasil sin despedirse ni dejarle dinero, Hortensia se dio al sufrimiento, regreso a su antiguo oficio en diferentes bulines para ganarse la vida y finalmente termino asesinada, en un departamento sucio y maloliente en Garzón.

Posteriormente Hortensia, sin dinero, volviendo a su antiguo oficio de cantar en Boites, es explotada, se consigue un amante joven, de origen Español, muy guapo que, la explota y finalmente la abandona. La Musa llega a vivir en un departamento sucio y maloliente; ésta mujer chantajea a Fermín Zavala, por su silencio, le pide 100,000 soles, para viajar a México. La Musa es quien le envía una carta a la mujer de Fermín Zavala donde le cuenta que su marido es homosexual y tiene relaciones con su chofe Ambrosio.

Fermín Zavala no estuvo comprometido en el asesinato de la Musa, mas bien le guardaba una consideración especial, por esa extraña relación que existe entre las prostitutas y los homosexuales, además siempre la ayudo mucho con dinero y gestiones de toda índole. Cuando la Musa estaba en mala situación económica, por la precipitada huida al extranjero de Cayo Bermúdez a la caída del gobierno de Odría. El responsable de este asesinato era Ambrosio Céspedes. Posteriormente, Fermín Zavala, muere de un infarto cardiaco en circunstancias que preparaba un viaje a Europa.

Finalmente el error de Cayo fue que confió demasiado en la gente, y en el momento menos pensado le dieron la puñalada. Descubrió que había una coalición, y habló con dos de sus líderes, Fermín y Landa. A Fermín con la amenaza de quitarle todos sus negocios (ya que dependían del gobierno) creyó que le convencía, y con Landa intentó hablar e incluso le tuvo retenido. Pero la gente que estaba en su contra ya había actuado. En Arequipa se había anunciado una conferencia en el Teatro Municipal en contra de Odría, Cayo como siempre, movilizó a un gran número de gente, pero ahí fue donde le engañaron.

Él pensaba que había reclutado a un montón de gente, pero los encargados mandados por él para esto, tan solo mandaron a cinco hombres de Emilio Arévalo y a los dos matones de Lima (Ludovico y Santiago): quería que esa represión fracasara. Cuando Cayo se enteró de esto quiso movilizar al ejército, pero no pudo, entonces mandó abortar la misión, pero ya era tarde. Los siete que habían sido mandados, intentaron reunir a gente de allí, y en un principio eran unos cuantos, pero era gente sin experiencia y no servían. Empezó la conferencia en Arequipa, y se levantaron, gritando: "¡Viva Odría!". Se produjo una gran pelea, y tuvo que intervenir la policía con bombas de humos y tiros.

Esta noticia le dio mala fama al gobierno, y se produjo una huelga de mayores dimensiones, tenían un objetivo: que Cayo dimitiera. Prepararon todo para él, su billete, su destino... y Cayo se dio cuenta de que no tenía amigos en el régimen, a todos les movían sus intereses. Cuando todo acabó y el régimen cayó, volvió de paso a Lima, consiguiendo una mansión, debido a la fortuna que había conseguido. No quería saber nada de nadie.


CONCLUSIONES

La intriga se materializa o patentiza a lo largo de la trama de la novela, porque Cayo Bermúdez se encarga de estrechar el cerco alrededor del Presidente Odría, no permitiendo que ninguna persona ajena se acerque a éste círculo de poder que, él había organizado meticulosamente en su mente maquiavélica y que le dieran excelentes resultados desde que accedió al cargo que ocupaba.

Para lograr su cometido Cayo se valió de muchos medios y formas, utilizando las debilidades propias de los seres humanos, que solo el alcohol puede disipar y librar de barreras e inhibiciones y que le mostraron a seres humanos en sus más lúdicas esencias, necesidades, apetencias y deseos malsanos que este personaje supo aprovechar al máximo para lograr sus fines.

El Presidente establece una confianza única en Cayo Bermúdez, que es su asesor en Inteligencia y Seguridad, por lo que finalmente éste exceso de confianza y las medidas políticas inadecuadas recomendadas por éste nefasto personaje durante el paro de Arequipa, precipitan la caída de Odría y su régimen, lo que finalmente será el fin de Cayo Bermúdez quien huye al Brasil.

Bibliografía.

1. Cea, Martín. Conversación en la Catedral de Mario Vargas Llosa. Arte y Cultura 17-05-2004 I Por.: www.clasecontraclase.cl/periodico.php.

2. Abugattas, Juan. La reinvención del Perú, Fragmento del discurso de orden pronunciado con ocasión del 450 Aniversario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, (Lima, 12 de mayo de 2001)

3. Espinoza, Cintia. Santiago Zavala, rechazo a las expectativas familiares, Trabajo de narrativa, a20011138@pucp.edu.pe

4. Oviedo, José Miguel. Mario Vargas Llosa: la invención de la realidad. Barcelona, Barral, 1970.

5. Vargas Llosa, Mario. Conversación en la Catedral, Lima, PEISA, 1996

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