Los trabajos avanzan en este Centro
Comercial, a la par del infernal ruido
que producen las distintas tareas ejecutadas, por un enjambre de obreros
durante la construcción. El trabajo de las plumas trasladando desde la Av.
Salaverry, todo tipo de carga, que traen inmensos vehículos y que ocupan un
gran sector de la avenida, entre Punta del Este y Sánchez Carrión y que afectan el tráfico vehicular,
especialmente en las horas punta. Además de, afectar la salud de los residentes,
especialmente a los que viven en el pasadizo que separa a la construcción de
las viviendas.
Pistas rajadas por la excavación profunda, veredas a punto de
separarse de su base, grietas en las paredes de los edificios que han afectado las viviendas contiguas,
que presentan rajaduras en las paredes y las han debilitado. A la empresa constructora no le interesa estos efectos que la construcción está causando, mucho menos la contaminación causada por la excavación, remoción y traslado de toneladas de escombros causando gran polvareda que afectan el exterior y especialmente el interior de las viviendas, peor la contaminación acústica
producida por los ruidos que exceden los decibeles recomendados por la OMS. A
las autoridades del distrito menos.
El 3 de setiembre, apareció el alcalde distrital
Enrique Ocrospoma Pella, con un séquito de acompañantes, entre asesores y miembros de su seguridad, al parecer policías en actividad vestidos de civil, quienes mostraban su prepotencia cuando se tomaban fotografías de esta visita. El burgomaestre luego de recibir las quejas de manera verbal, indicó
que, cualquier observación, queja o reclamo se le hiciera llegar por intermedio
de una joven funcionaria presente. Como
todo político se llevó la queja de los vecinos, quejas que vienen desde que se
inició la construcción, causados por efectos de la contaminación del aire y ruidos molestos que
están causando contaminación sonora.
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