El cielo encapotado, las nubes grises cargadas, los truenos y rayos en concierto, la brisa en aumento,
Suave al
principio, imperceptible, luego fue creciendo, tomando cuerpo, haciéndose cada
vez más ruidosa,
Las
calaminas en concierto polifónico se movían al compás del viento, presagio de
la lluvia y el cielo lloró como nunca,
Miles de
gotas cayeron a chorros, semejaban miles de mangueras de bomberos apagando
incendios,
El fértil
campo sonrió, pasó mucho tiempo de la última lluvia el cielo los había
olvidado,
Los
agricultores estaban agradecidos, un nuevo regalo del cielo, Dios se había
acordado ruegos