Salí del laberinto en que se había convertido nuestra vida,
me perdí de tus desvelos y tus lagrimas,
me aparté de tus reproches.
me perdí de tus desvelos y tus lagrimas,
me aparté de tus reproches.
No estaré nunca más en tus sueños,
porque ellos volaron tras el horizonte
donde se esconde el olvido.
Tras la frontera de la vida,
donde se pierde el calor,
adonde se mudan los deseos
Donde las ansiedades inastisfechas
se hacen insondables
donde muere la fe y la esperanza languidece.
No estaré allí para escucharte
el tiempo se acabó para ti
hoy partí y no regresaré...